Con toda la barba

Los hombres más punteros lucen el rostro peludo con aires bohemios

El modelo sueco Christian Göran es un referente de la corriente ’hispster’.

Las caras aniñadas imberbes propias de la corriente metrosexual han pasado a mejor vida. Ahora, lo que se lleva es la retrosexualidad, una tendencia que aboga por la virilidad, el desaliño y la naturalidad masculina que ha hecho de la barba su principal exponente.

Hace poco más de un año empezaban a despuntar depuradas y discretas, pero hoy los hombres que siguen la moda lucen barbas generosas, frondosas y con tintes bohemios. Un ‘look’ que huele a misterio e intelecto y que se complementa con camisa, traje y anteojos o gafas de pasta.

El gran dramaturgo francés Molière aseguraba “del lado de la barba está el poder”. Buena prueba de ello son los faraones egipcios, que ya lucían grandes barbas que trenzaban con hilo de oro como signo de autoridad. Porque desde tiempos prehistóricos el rostro peludo ha denotado hombría, sabiduría y señorío, además de barbarismo. De ello, la palabra ‘barba’ procede del latín ‘barbarus’, que significa ‘extranjero’.

Tradicionalmente también se representa con barba a Jesucristo, a figuras clásicas de la mitología griega y romana como Poseidón y a otros personajes de ficción como Barba Azul, el personaje del cuento de Charles Perrault; el pirata Barbarroja, creado por Jean-Michel Charlier y Victor Hubinon, y el capitán Haddock, el compañero de fatigas que Hergé ideó para Tintín. 

ÉPOCA DORADA

La última época dorada para la barba tupida fueron los años 70, década en la que se convirtió en un símbolo de rebeldía. Después pasó a ser un elemento clásico que llevaban los abuelos y hace unos años se apoderó del ambiente gay, sobre todo de los homosexuales comúnmente denominados ‘osos’, un prototipo de machote.

Pero hoy vuelve a imponerse en su máximo esplendor en gran parte gracias al modelo sueco y fotógrafo profesional Christian Göran, pues su aparición en un anuncio de Trivago el pasado invierno demostró que se puede ser barbudo y elegante a la vez. Otro de los ‘fans’ de la barba es el ‘top’ griego Spyros Christopoulos, experto en lucir una imagen desaliñada. Sus compañeros de profesión Ryan Burns y Johnny Harrington, muy solicitados y generosamente retribuidos, también dejaron de afeitarse hace meses.

El mundo del cine se ha hecho eco de esta moda. No hay que olvidar la barba espesa que lleva Rusell Crowe en ‘Noé’. George Clooney suele recurrir a ella cuando quiere dar imagen de comprometido: la lució en ‘Syriana’, película con la que ganó el Oscar al mejor actor de reparto, y también cuando fue detenido en Washington por defender la causa de Darfur. Otros actores como Ryan Gosling, Brad Pitt, Ashton Kutcher, Jake Gyllenhaal, Bradley Cooper, Jared Leto, Ben Affleck, Gerard Butler han seguido su estela.

LOS 'HIPSTERS'

A este fenómeno estético se han sumado también, unos antes que otros, deportistas como Iker Casillas, David Beckham, Gerard Piqué, Xabi Alonso, Jorge Garbajosa, Juan Carlos Navarro y Pau Gasol, al igual que rostros televisivos como Miguel Ángel Silvestre y Rubén Cortada.

En Nueva York, la barba XXL es en un código de distinción, tanto para ‘yuppies’ que desean resultar más agresivos como para jóvenes que quieren parecer más viriles. Y no hay que olvidar tampoco a los ‘hipsters’, representantes de una subcultura asociada sobre todo con la música independiente. Tal es el fenómeno, que las intervenciones de cirugía estética de injertos capilares se han convertido en las más solicitadas por hombres que buscan emular las barbas salvajes que inundan las pasarelas, las tertulias literarias, los bares más ‘cool’, la publicidad, las revistas y los blogs de ‘street style’. Y hasta algunas firmas cosméticas han incorporado productos específicos para el cuidado e higiene de la barba.