Para eliminar las durezas de codos, rodillas, pies o incluso de los nudillos de las manos, frotar suavemente la zona afectada con una piedra pómez, un remedio sencillo y económico.
En caso de que las durezas de las manos sean muy prominentes, es aconsejable aplicar jabón seco sobre ellas y limarlas después con una lima de cartón. Para acabar, utilizar una crema hidratante para que la piel no se reseque.