Toni Nadal, tío de Rafa Nadal: "Mientras Rafael tenga fe, que lo luche"

Rafa Nadal ha cancelado su participación en Indian Wells y en Miami para llegar a Roland Garros en las mejores condiciones. Mientras, su tío, el que le hizo ganar 16 Grand Slam, modela al canadiense Félix Auger-Aliassime, de 22 años, el noveno en el ranking ATP. Toni Nadal (Manacor, 1961) aplica sobre su pupilo la misma filosofía que hizo grande al de Manacor, y cuya esencia se despliega en el reeditado libro 'Todo se puede entrenar' (Alienta). ¿Le hace sufrir no ver en forma a su sobrino? Por encima de todo, soy agradecido. Se lo dije muchas veces a Rafael cuando tenía lesiones: la vida nos ha tratado mucho mejor de lo que esperábamos y de lo que merecíamos. Hay gente que ha trabajado tanto o más que Rafa y que no ha tenido su suerte. ¿Le sigue pidiendo consejo? No. Rafael está bien asesorado. Este será, dicen, el año de su retirada. ¿Lo ha dicho él? Corre por el circuito que será después de Roland Garros. Ojalá dure más. Hace unos 15 días, Rafa estuvo en la academia. Mi hijo le preguntó: "¿Cómo estás?". Y yo le dije: "Tenemos que hacer un último esfuerzo". Se puso a reír. "Llevo no sé cuántos años oyendo esta frase". Mientras tenga fe, que lo luche. Dígame la verdad, ¿por qué dejó de entrenarle? No acostumbro a mentir, a no ser que sea por necesidad. Así que debe fiarse de lo que le digo: dejé de entrenar a Rafael porque entendí que yo era totalmente prescindible. ¿Fue una percepción personal o se lo dejaron claro? Para Rafael fue una sorpresa total que dejara de entrenarle. Fue una decisión personal. Después de 27 años juntos, ¿lo meditó mucho? No mucho. Soy muy simple. Pensé en ir a otra opción y a ver qué pasaba. Al principio, no se lo puedo negar, noté un poco de extrañeza. A usted le acompaña la leyenda. ¿Quién es el Tío Toni? Una persona normal que ha tratado de hacer las cosas lo mejor posible. Ya, claro. Tuve la ilusión de que alguien entrenado por mí consiguiera algo importante. Y siempre he intentado aplicar la lógica y el sentido común en un mundo en que tendemos a complicarlo todo, entre otras cosas, porque tenemos que justificar nuestro precio. El mundo se ha complicado. Los datos nos facilitan las cosas, pero con eso no consigues sentirte más útil o ser más feliz. ¿Qué he buscado siempre para los chicos que entreno? El éxito profesional a través del desarrollo personal, mejorar aspectos de su carácter. La tolerancia al fracaso ha bajando. La frustración viene de una sobrevaloración personal y de una falta de ánimo. El discurso que le hago a Félix Auger-Aliassime no difiere del que le hacía a mi sobrino: cuando fallamos solo significa una cosa, que no sabemos lo suficiente. Es fácil de entender. Si usted lo dice. Si me dan un palo de golf que me facilita mucho el golpe, el mérito es del palo no mío. Esto es aplicable a todo. Cuanto más trabajas, más opciones tienes de éxito. Su forma de entrenar es su forma de entender la vida, dice. La vida está formada de realidad e ilusión. Asumes lo que has elegido y trabajas para conseguirlo. La satisfacción que te llevas no es el resultado final, sino el proceso. Todos podemos superarnos. Y si las cosas no van bien, no hay que buscar culpables. Nunca una excusa hace ganar un partido. Y por el camino, hay que ser inflexible con el candidato. ¡Nunca he sido inflexible! Sobre todo, porque estoy dispuesto a modificarme. Pero hay unos principios que son invariables. Tienes que tener respeto por los demás, sí o sí. Tienes que estar dispuesto a trabajar duro, sí o sí. Tienes que ser agradecido, sí o sí. Su propia familia le llegó a decir: "Toni, no te estarás pasando". A mi sobrino nunca le pedí un gran esfuerzo, sino que fuera consecuente con lo que había elegido. Si eliges ser un número uno, tienes que trabajar como un número uno. En la vida hay que estar dispuesto a pagar el precio, que a veces es elevado. ¿Está dispuesto a vivir fuera del tenis? Mi verdadera pasión son los retos. Es más fácil ser feliz cuando consigues sentirte útil. Y ya tengo el próximo: acabo de comprar un hotelito en Mallorca [en el Port de Pollença]. Que tiemblen los futuros empleados... No se confunda. Soy exigente, pero me comprometo.

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