ASUNTOS PROPIOS

Arcadi Oliveres: "Veo un final muy luminoso"

  • El adalid de la justicia social sabe que le queda poco tiempo, pero el suficiente para invitar a la coherencia y a no tener miedo.

Arcadi Oliveres, en su casa de Sant Cugat. / JULIO CARBO

No puede irse Arcadi Oliveres (Barcelona, 1945). Es necesario. Desde los tiempos oscuros del franquismo, ha sido la voz de los sin voz. En la clandestinidad, en las plazas del 15-M, al lado de los inmigrantes y los excluidos del sistema, propagando su fervor por la justicia social entre sus 17.000 alumnos de la UAB y allí donde le escucharan. Y aun cuando apura sus últimos días, sentenciado por un cáncer de páncreas, invita a no tener miedo, a plantar cara.