Historias

El virus de la posguerra

La vacuna contra la polio llegó a España una década más tarde de su descubrimiento en 1955 por negligencia de las camarillas franquistas

zentauroepp54016695 opinion ramon curto contra contraportada olga merino200706173245 / RAMON CURTO

Siempre que pienso en la poliomielitis, no sé bien por qué, me acuerdo de los juegos de la infancia. Quizá porque una niña del cole la padecía y, aun así, pese al torso encorsetado y a los hierros y correajes que le sujetaban una pierna, se empeñaba en seguir más o menos el ritmo desquiciado en la hora del patio. Si se caía, no se quejaba; se ponía en pie y reanudaba el esfuerzo. Será a causa de ese recuerdo o, tal vez, porque se me quedó grabado a fuego un personaje secundario de ‘Las bailarinas muertas’, la estupenda novela de Antonio Soler, la descripción de un niño que invita a merendar en casa a sus amiguitos, con los que intercambia tebeos de ‘El Capitán Trueno’: “Entonces, al ver aquellas piernas como dos bufandas sin vida arrastrando tras Tatín, me di cuenta de lo que era la polio, una cosa blanda, leche que empapa los huesos y los deja como galletas que se caen en la mesa antes de llegar a la boca, algo mullido y silencioso, un sueño en el tuétano de las piernas”. La polio, en efecto, era cosa de niños.