muy seriemente

Antes de que censuren 'Yo, Claudio'...

La papanatas decisión de descabalgar clásicos por sus hoy incómodos planteamientos invita a sopesar si nos adentramos ya en una segunda edad de la penumbra, esta vez laica

Claudio, Calígula y Tiberio, en una escena de la serie inspirada por el libro de Robwert Graves. / BBC

Está ‘Yo, Claudio’ a buen recaudo en Filmin, pues esta gran bodega de series y películas, sin duda la mejor en cuanto a caldos de gran reserva, ha dejado claro que no hará el papanatas como HBO, que en un ataque de presentismo decidió guardar en el baúl ‘Lo que el viento se llevó' y, consecuentemente, no retirará de sus estantes, por ejemplo, ‘El nacimiento de una nación’, capítulo ineludible de la historia del cine aunque a la par sea una obra que ensalce al Ku Klux Klan. De ‘Yo, Claudio’, con esas censoras miradas de la corrección política de HBO, se podría decir que es una serie golpista (arranca con Augusto, primer emperador y, por tanto, verdugo de la república), misógina (Livia, esposa de AugustoJulia, hija de ambos, y Mesalina, que no necesita presentaciones, solo son superadas en perversidad por Calígula) e incluso homófoba, pues entre líneas se reprocha lo que Edward Gibbon destacó cuando pormenorizó la decadencia de Roma, que 13 de los 14 primeros emperadores comían ostras y caracoles con idéntico placer. Solo Claudio, al parecer, era exclusivamente heterosexual.