360º

Bailando contra la tradición

Por primera vez, dos mujeres bailarán juntas en el próximo baile de la Ópera de Viena

Sophie Grau se prueba el traje de hombre que deberá vestir para el baile de debutantes de la Ópera de Viena. / TOM WELLER / dpa

Andreu Jerez

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El próximo baile de la Ópera de Viena no será otro más. Cuando el próximo jueves las alrededor de 150 jóvenes parejas ocupen el parquet vienés para participar en el tradicional y pomposo acto social, habrá una que haga historia: por primera vez, dos mujeres bailarán juntas. Son Sophie Grau e Iris Klopfer, dos estudiantes veinteañeras del sur de Alemania que lanzarán un mensaje de igualdad para las parejas del mismo sexo y contra las tradiciones homófobas.

Las dos amigas de escuela, heterosexuales, romperán así una barrera simbólica en un baile de marcado carácter conservador. Cuando hace meses presentaron su candidatura para el elitista evento, no esperaban que las aceptasen: "No contamos con una respuesta afirmativa, porque no somos de Austria", afirma Iris en una entrevista con el semanario alemán 'Der Spiegel'. Las aficionadas al baile reconocen que su objetivo en un primer momento no era sentar un precedente. Ni siquiera eran conscientes de que podían convertirse en la primera pareja del mismo sexo en participar en el baile. Ahora asumen que su participación servirá para romper una lanza en favor de la igualdad sexual. "Alguien tiene que ser la primera", aseguran.

Respeto a la etiqueta

Ante las preguntas de la prensa austriaca e internacional, sorprendidas por la decisión de la organización del baile, la Ópera de Viena respondió con un breve y contundente comunicado: "La condición para poder bailar un vals se cumple". Iris y Sophie podrán, por tanto, bailar juntas, pero tendrán que hacerlo respetando la estricta etiqueta del acto: la primera vestirá un vestido blanco y deberá llevar una diadema en el cabello; la segunda lucirá el clásico frac negro combinado con camisa blanca. Ninguna de las dos podrá mostrar tatuaje alguno, si es que lo tienen. Ambas bailarán los clásicos valses y polcas en un acto considerado el clímax de la vida social vienesa y que atrae la atención de millones de espectadores.

"Una vez al año, la Ópera de Viena se convierte en salón de baile más elegante y bonito del mundo: para el baile de la ópera, una fiesta por todo lo alto, único por su esplendor y su capacidad de fascinar, referencia para los bailes de todo el planeta". Así describe el acto la propia ópera de la capital austriaca. Pese a la aparente naturalidad con la que la Ópera de Viena ha tomado y comunicado la decisión de aceptar a Iris y Sophie, esta no ha estado libre de críticas ni polémica. El empresario de la construcción vienés Richard Lugner -conocido popularmente con el apodo de Mörtel (mortero)- dijo que las parejas deben estar formadas por un hombre y una mujer, y que la aceptación de las dos jóvenes supone "destruir las tradiciones".

"Ya no estamos en el siglo XIX", respondió Dominique Meyer, director de la ópera vienesa, quien argumentó además que la decisión supone una señal contra la homofobia. La organizadora del evento, Maria Grossbauer, celebró por su parte la aceptación de la pareja femenina, por si había dudas sobre el mensaje que la institución quiere lanzar en esta edición de la centenaria celebración, que se remonta al Congreso de Viena en 1814.

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Identidad "no binaria"

Las dos involuntarias protagonistas intentan aislarse de la polémica e insisten en que su único objetivo es disfrutar de la oportunidad de bailar en un contexto tan incomparable. Preguntadas directamente por la prensa local al respecto de las palabras del empresario Richard 'Mortero' Lugner, ambas prefieren reservarse su opinión. "Me gusta asumir el papel de mujer y también vestir traje. Pero en un baile tan serio como este, todo esto no me importa nada. Yo me identifico como no binaria. Es decir, la rígida clasificación entre masculino no encaja conmigo", se limita a decir Sophie. 

Otras 144 parejas debutantes

Sophie Grau e Iris Klopfer no serán la única pareja que debute este jueves en el baile de la Ópera de Viena. Otras 144 bailarán por vez primera en el parquet de la majestuosa sala, según informa la institución austriaca. Habrá 11 países representados en la pista de baile. Cada entrada para poder bailar cuesta 120 euros. Pero con tener el dinero no basta: los candidatos a participar en el baile deben pasar un estricto proceso de selección en el que tienen que aportar su currículo, fotografías e informaciones sobre su experiencia como bailarines y en qué escuelas de baile han aprendido. Sophie e Iris lo consiguieron.

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