Se trata de una conexión que, desde hace algunos meses, está siendo objeto de infinitos memes y bromas. Elon Musk, el hombre más rico del mundo, fundador de multinacionales como Tesla Inc, del sector de la automoción, o Space X, en el ámbito del espacio y los satélites de comunicación, es percibido ya como un proxie, (representante) de Vladímir Putin y los intereses de Rusia, además de alinearse públicamente, de cara a las elecciones presidenciales de noviembre en EEUU, con el candidato republicano Donald Trump, a su vez con opiniones sobre la guerra de Ucrania muy parecidas a las del Kremlin. Semejante vínculo carecería de relevancia si no fuera porque Musk es, a su vez, el propietario de la red social X, antigua Twitter, donde muchos expertos coinciden en identificar, de forma cada vez más notoria, prácticas empresariales y comunicativas que favorecen las narrativas rusas y privilegian la visión del Kremlin en la enconada guerra de Ucrania.