Imagínense que el rey emérito Juan Carlos no viviera en Emiratos Árabes, sino en Madrid. Imagínense que el emérito dispusiera de un despacho a unos pocos centenares de metros de la Moncloa. Imagínense que a Juan Carlos la fiscalía no le hubiera archivado sus investigaciones judiciales, sino que los jueces lo hubieran imputado y condenado a penas de prisión. Imagínense que, a pesar de esas penas, el emérito diera con regularidad consejos a Pedro Sánchez y se reuniera con Alberto Núñez Feijóo. Puede parecer sorprendente, pero una situación parecida a este caso imaginario ocurre en realidad en Francia con el expresidente Nicolas Sarkozy.
La sombra del expresidente
Sarkozy mantiene su influencia sobre Macron y la derecha francesa pese a sus múltiples condenas
El Tribunal de Apelación de París condena a un año de prisión por la financiación ilegal de la campaña de 2012 al exmandatario, quien mantiene una buena relación con el actual presidente
Confirman la condena a Sarkozy por la financiación ilegal de su campaña de 2012 - El Periódico
Nicolas Sarkozy explica en France 2 su regreso a la política /
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