Conflicto en Oriente Próximo

Los ataques en el mar Rojo perturban el comercio global y avivan el riesgo a una expansión de la guerra

Los rebeldes hutíes de Yemen muestran el vídeo del secuestro de un barco israelí. / EFE

De todas las derivadas posibles al conflicto en Gaza, la más perturbadora para la economía global no ha venido del Líbano ni de Siria ni de Irán. Lo ha hecho desde el rincón más pobre, remoto e inesperado de la región, un país devastado por la guerra e instalado en un frágil alto el fuego. Desde el pasado 18 de noviembre, los rebeldes hutíes del Yemen han atacado dos docenas de cargueros a las puertas del mar Rojo, acciones que enmarcan en su apoyo a los palestinos de la Franja y que prometen mantener hasta que cese el asalto israelí. Sus ataques han alterado el tráfico por una de las rutas más importantes para el comercio marítimo mundial. Los costes se están encareciendo, mientras se agota la paciencia de Estados Unidos y algunos de sus aliados. El riesgo a una expansión de la guerra vuelve a cotizar al alza, a pesar de que ninguna de las partes parece interesada en una confrontación directa.