Citas con las urnas

2024: Un gran test para la democracia en el mundo

Elecciones en más de 70 países y el impacto de los múltiples conflictos marcarán el mundo en 2024

Trabajadores electorales se disponen a escrutar votos en Teherán, en una imagen de archivo. / NAZANIN TABATABAEE / WANA / REUTERS

Laura Puig

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Este año que empieza, 2024, será eminentemente electoral. Más de 70 países –algunos de ellos de gran relevancia por su tamaño o su influencia geopolítica– pondrán urnas para elegir jefes de Estado y de Gobierno, diputados o representantes regionales y locales. En total, unos 4.000 millones de personas estarán llamados a votar, lo que representa casi el 51% de la población mundial.

Según el Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), estos procesos supondrán un gran "test de estrés" para la democracia, que en los últimos años vive una deriva erosiva. El Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral (IDEA Internacional) sostiene en su informe de 2023 que este sistema de gobernanza "ha seguido contrayéndose" en todas las regiones del mundo, y la mitad de los 173 países analizados "registraron declives".

Pero no hay que malinterpretar el hecho de colocar urnas. Muchos países, como ocurre en Rusia, Irán o Túnez, instrumentalizan "estos procesos electorales para tratar de fortalecer los liderazgos en el poder y ganar legitimidad ante sus ciudadanos", destaca el CIDOB en su última nota internacional sobre cuáles serán los temas que marcarán la agenda en 2024. Y según IDEA Internacional, además de los procesos electorales, lo que define la buena calidad democrática de un país son factores como el respeto a los derechos humanos, el rechazo a las prácticas corruptas, la participación ciudadana más allá del momento de emitir el voto o la independencia judicial.

A continuación, un sucinto repaso a algunas de las elecciones que marcarán el nuevo año:

La primera votación del año se celebrará en Taiwán y marcará el devenir de los equilibrios geoestratégicos de China y Estados Unidos. El 13 de enero, los habitantes de la isla cuya soberanía reclama Pekín y que concentra el 63% de la fabricación mundial de semiconductores –componentes electrónicos imprescindibles para la fabricación de la mayor parte de aparatos electrónicos– deben elegir a su nuevo líder. Las encuestas dan como favorito al actual vicepresidente, Lai Ching-te, del Partido Democrático Progresista, partidario de la independencia. La oposición ha fracasado en tejer un frente común y presenta a dos candidatos: Hou You-yi, del nacionalista Kuomintang, más proclive a acercarse a Pekín, y Ko Wen-je, exalcalde de Taipei y líder del pragmático Partido Popular de Taiwán.

El país norteamericano vivirá este año un intenso ciclo electoral que culminará en las presidenciales del 5 de noviembre. El proceso arrancará el 15 de enero en Iowa con la carrera para escoger al candidato del Partido Republicano, una elección a la que seguirán un rosario de votaciones en diferentes estados hasta llegar a la convención republicana de mediados de julio que ungirá al aspirante oficial. Todas las encuestas apuntan al expresidente Donald Trump como el designado para medirse en las urnas al demócrata Joe Biden. El proceso se verá irremediablemente salpicado por los serios problemas con la justicia que afronta el magnate neoyorquino. De hecho, este mes de diciembre el Tribunal Supremo de Colorado dictaminó que Trump no puede concurrir a las primarias de ese estado al considerar probado que participó en la "insurrección" del asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 para impedir la certificación de Biden como presidente. La secretaria de Estado de Maine también ha prohibido a Trump concurrir a las primarias.

Entre el 6 y el 9 de junio, los 27 países de la UE están llamados a elegir a sus representantes en el Parlamento Europeo. Según los sondeos, las urnas arrojarán un mayor apoyo de los partidos de extrema derecha, que están divididos en dos grupos en la Eurocámara: Identidad y Democracia, integrado por la Reagrupación Nacional de Marine Le Pen, la Liga de Matteo Salvini o la alemana Alternativa para Alemania (AfD), y Conservadores y Reformistas, en el que conviven los Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, la Vox de Santiago Abascal o el polaco Ley y Justicia. Según los sondeos, el Partido Popular Europeo mantendrá su mayoría, aunque de manera más débil, con lo que podría verse abocada a tejer alianzas con la derecha radical.

El 17 de marzo, Vladímir Putin volverá a presentarse a la reelección como presidente de Rusia, sin demasiado margen para la sorpresa, con una oposición prácticamente desactivada bien en prisión, bien en el exilio. Unos días antes, el 1 de marzo, está previsto que Irán celebre elecciones parlamentarias para escoger a los miembros de la Asamblea Consultiva Islámica y de la Asamblea de Expertos. Esta última debe designar al sucesor del líder supremo, el anciano ayatolá Ali Jameneí. De momento, el Ministerio del Interior iraní ya ha descartado a 40 candidatos críticos. Entre abril y mayo, en la India, el país más poblado del mundo tras arrebatar el pasado abril el puesto a China, el nacionalista Narendra Modi buscará hacerse con un tercer mandato frente a una oposición más unida que nunca ante la deriva populista del actual presidente.

Este último apartado está destinado a los comicios que aún están en el aire. Por calendario, Ucrania debería celebrar el 31 de marzo las elecciones presidenciales, aunque el actual mandatario, Volodímir Zelenski, puede esgrimir la ley marcial vigente desde el inicio de la invasión rusa para aplazarlas. De hecho, Zelenski afirmó el pasado mes de noviembre que no es momento de elecciones: "Es el momento de la batalla, del cual depende la suerte del Estado y del pueblo".

Venezuela también debería celebrar comicios presidenciales, pero las tensiones de Nicolás Maduro con la oposición, que ha escogido a una candidata de consenso, María Corina Machado, podrían dar al traste con la convocatoria.

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Por último, está por fijar la fecha de las presidenciales de Túnez, previstas para otoño, pero la deriva autocrática de Kaïs Saied no augura un proceso limpio, mientras en Libia los dos gobiernos que conviven en el país mantienen conversaciones para celebrar elecciones en este 2024 tras varios aplazamientos.

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