Los estados bálticos son a la vez el refugio y un sitio inaccesible para los ciudadanos rusos. Además de las restricciones que imponen los gobiernos de Estonia, Letonia y Lituania, la propaganda rusa aprovecha cualquier medida o malentendido con la población local para apuntar que se les odia por ser rusos. Sin embargo, en las calles de Vilnius, Riga y Tallin no se desprende esa sensación, donde se puede escuchar ruso habitualmente sin necesidad de esconderse y en las calles es habitual ver carteles en este idioma y en la lengua local.
Lejos de casa
Los disidentes rusos se topan con recelos en los países bálticos que les dan cobijo
La embajada rusa en Tallin, con carteles contra la guerra de Ucrania y el presidente Vladímir Putin. /
Lo más visto
- Encuesta prohibida de las elecciones en Catalunya: segundo sondeo
- El lago del emblemático Parc Catalunya de Sabadell 'revive' tras salir de la emergencia por sequía
- Preocupación en Badalona por el caos de coches en el entorno del Hospital de Can Ruti
- Joselu obra otro milagro y mete al Real Madrid en la final de Wembley
- Barcelona desencalla la reforma de la avenida de Roma, el último ejemplar del urbanismo asfáltico del Eixample