Segunda vuelta

La amenaza del narcotráfico atraviesa Argentina (y la campaña electoral) con Rosario como su máximo exponente

Protesta en Rosario contra el asesinato de un niño de 11 años en Rosario durante un ataque de narcotraficantes en la ciudad de Rosario. / AGUSTIN MARCARIAN / REUTERS

Rosario es un espejo que refleja imágenes de lo que le esperaría a Argentina si no encuentra las herramientas para enfrentar al narcotráfico. Ubicada unos 400 kilómetros al norte de la capital, Buenos Aires, la ciudad donde nació Leo Messi tiene una tasa de homicidios cuatro veces mayor que en todo el país (22,1/100.000 habitantes). En una de sus paredes han sido escritas en letras mayúsculas palabras escalofriantes: "mi maldad... tu miedo". Las bandas se permiten este tipo de jactancias crueles. El temor atraviesa capilarmente a una población que renueva en la segunda vuelta presidencial del domingo sus módicas esperanzas de que el ganador pueda comenzar a pasar página al horror. Sergio Massa y Javier Milei se han presentado, con distintos niveles de conocimiento, como el remedio adecuado frente a una enfermedad social y política que hace más de una década crece de manera exponencial.