Incluso las guerras, allí donde la humanidad pierde su nombre, tienen unas reglas fijadas por el derecho internacional humanitario (DIH), que, en teoría, establecen los límites de los beligerantes, para proteger a la población civil. Es decir, no todo vale ni en el campo de batalla. Y en el conflicto actual que libran Israel y Hamás, como en otros anteriores, las dos partes han sido acusadas de violaciones graves de ese derecho: el grupo terrorista con la matanza indiscriminada de 1400 civiles y toma de más de 200 rehenes el pasado 7 de octubre y el lanzamiento continuado de cohetes contra poblaciones de Israel y el Estado hebreo en la operación de venganza desatada ese mismo día en la franja de Gaza, que suma unos 9.000 palestinos muertos, más de 3.700 de ellos, niños, además de la privación de suministros básicos a dos millones de personas y el desplazamiento forzoso de un millón del norte de la franja.
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Israel y Hamás, una guerra que vulnera todas las reglas
Rescate desesperado en la zona de Khan Yunis, en Gaza. /
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