Cautivos en Gaza

Centenares de familias en Israel, en vilo por la suerte de los secuestrados por Hamás: "Ay, ¿qué estarán haciendo con ellos?"

Dos mujeres con familiares secuestrados se reconfortan mutuamente en una rueda de prensa el pasado sábado en Tel Aviv. / RONEN ZVULUN / REUTERS

Zahava Eshel no se despega del teléfono. En cualquier momento podría llegar la llamada que tanto anhela. Zahava Eshel desea que Roni, su nieta, esté en Gaza. "Lo sé, en lo más profundo de mi corazón sé que mi niña está viva y está en Gaza", afirma mientras cierra sus ojos y puños con fuerza, como si, así, el deseo estuviera más cerca de la realidad. Pero la verdad es aún incierta. Hace 10 días que no saben nada de esta joven de 19 años que estaba realizando el servicio militar como observadora en el kibbutz de Nahal Oz, a menos de un kilómetro de la Franja de Gaza. A las 9.27 de la mañana del "sábado negro", mandó su último mensaje: "¡Estoy bien! ¡Te quiero, mamá!", que cerraba con cuatro corazones. Zahava sabe que aquellas no fueron sus últimas palabras. Pero, desde entonces, el silencio. Ni rastro de ella.