Lucha por los derechos

Las mujeres de Irán y Afganistán pierden el miedo a protestar pese al alto precio a pagar

Un grupo de chicas jóvenes posan para un selfie en Teherán, Irán. / Jaime León / EFE

El 15 de agosto de 2020 la vida de millones de personas, sobre todo mujeres, sufrió un vuelco en Afganistán tras el regreso de los talibanes. Un par de años más tarde, en el vecino Irán, la muerte de una joven, Mahsa Amini, a manos de la policía de la moral por no llevar correctamente el velo, desencadenó una fuerte represión que torció el camino de millones más. Desde entonces, a un lado y otro de la frontera, mujeres valientes desafían la represión asumiendo el elevado coste de la protesta. Esta misma semana, sin ir más lejos, ha trascendido que una chica de 16 años, Armita Garawand, se encuentra en coma después de sufrir supuestamente un altercado con la policía de la moral en el metro de Teherán por mostrar su cabello.