Medio millar de empresas del dueño de Wagner esperan nuevos jefes

Medio millar de sociedades entre empresas, tenedoras de licencias, gestoras de capital y firmas patrimoniales han quedado huérfanas tras la desaparición en supuesto accidente de aviación de Yevgueni Prigozhin, el oligarca ruso dueño del grupo militar privado Wagner, de cuya muerte se cumple ahora un mes. El número exacto de sus empresas no es un dato que se haya dado a conocer desde San Petersburgo, sede central de un imperio extendido por la Rusia europea, Oriente Próximo y, sobre todo y últimamente, el África subsahariana. Medio millar es el cálculo de las autoridades occidentales, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el Gobierno británico y la Comisión Europea, para sucesivos informes de fundamentación de sanciones, que ha ido repasando EL PERIÓDICO. Por la desinstitucionalización de su economía, en la Federación Rusa es opaca la información mercantil referida a los pretorianos de la corte del Kremlin. De hecho, y según uno de los informes de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departmento del Tesoro norteamericano, la propia Wagner PMC, la más conocida de las empresas de Prigozhin, nunca ha estado registrada. Oro africano La Compañia Militar Privada Wagner (su nombre oficial) es la más visible del emporio por la fama de sus mercenarios y la guerra de Ucrania, pero es su extensión africana la gruesa base de un iceberg empresarial. En África, Wagner pone los combatientes que protegen a los mandatarios contratantes... y que custodian las minas cuya explotación Prigozhin recibía como pago. El pasado 20 de julio, casi un mes después de que el oligarca ordenara parar la marcha de sus milicias hacia Moscú, el Departamento de Asuntos Exteriores, Commonwealth y Desarrollo del Gobierno británico imponía sanciones a 13 hombres de confianza de Prigozhin para dirigir su división africana. Aquel paquete de sanciones dibujaba una estructura de mando. El principal, Vitali Viktorovic Perfilev, sancionado también por la UE y Estados Unidos, es el jefe de Wagner en el continente y guardián del presidente de la República Centroafricana (RCA), Faustin-Archange Touaderá. Sus segundos son Valery Nikolaievich Zakharov, asesor de seguridad de la presidencia de la República Centroafricana, y sus delegados en ese país Dmitro Sitoi, Oleksander Ivanov, Ileksander Maloletko y Konstantin Pikalov. En las listas está también el hombre fuerte de Wagner en Mali, Ivan Maslov, y el dirigente de una firma de muy disperso objeto social: Andrei Nikolayevich Ivanov, director de Africa Politology, con domicilio comercial en Moscú y sede operativa en Bamako. Quizá está en el origen de las banderitas blancas, rojas y azules rusas que han ondeado los manifestantes en diversos países africanos tras golpes de Estado. A estos dirigentes -salvo el último reseñado, no son precisamente hombres de oficina- se les acusa de atentados contra los derechos humanos en muy numerosos actos de brutalidad para mantener el poder de sus clientes. En su entramado destacan M Invest y M Finance para la extracción de silicio y otros metales estratégicos en Sudán, Ferrum Minning para la misma actividad en Madagascar, y un grupo de sociedades en la RCA dedicadas a la seguridad privada -Lobaye Security y Sewa- y la explotación de minas de oro y tráfico de diamantes (Midas y Diamville respectivamente). Midas explota el yacimiento de Ndassima, una de las vetas de oro más grandes del planeta con reservas que el Departamento del Tesoro de EEUU valora en 1.000 millones de dólares. Según las autoridades de Washington (lista de sanciones del 26 de junio de 2023), la comercialización de oro y diamantes y varios intentos de conversión del metal precioso en dólares se hace desde Dubái con dos instrumentales que recaudan y financian para la división africana: Industrial Resources General Trading y Broker Expert; y desde Moscú con una opaca sociedad: DM. Hombres de confianza Ninguna de estas empresas ha operado sin previa acción armada de los mercenarios de Wagner -de mayoría siria- donde se implanta. La aprobación de sanciones en junio y julio pasados contra estas sociedades y ejecutivos vinculados a Prigozhin en África dio por primera vez visibilidad a una parte del imperio que ahora espera un nuevo jefe. El reparto que se pueda terminar haciendo entre otros oligarcas de mayor confianza del presidente Putin es clave por sus efectos estratégicos. "La actitud de ese grupo de jefes, hasta entonces leales a Prigozhin, marcará el futuro de la influencia rusa en el Sahel", confirma a EL PERIÓDICO un alto oficial militar español. En Mali, el país que España trata de que no abandonen los soldados de la UE, dos coroneles y un teniente coronel centrales en las fuerzas armadas locales son tenidos por esta fuente como "gente de confianza del mando ruso en Bamako". Cuarteles y chalets En enero pasado, la recien estrenada división de propaganda del grupo Wagner emitia en Vk, Telegram y canales de televisión rusos vídeos promocionales de fuerte tinte militarista y nacionalista, muchos de ellos reflejo de la ideología del régimen de Putin. Había una aparente plena consonancia con el Kremlin. Son ahora otros tiempos. En el avión que se estrelló en la región rusa de Tver el 23 de agosto llevaba con Prigozhin a su lugarteniente militar y cofundador de Wagner, el neonazi Dmitri Utkin, y dos de sus ejecutivos más cercanos: Valeri Chekalov y Yevgueni Makaryan. El primero rigió en Siria un contrato de la firma wagneriana Euro Polis con la estatal General Petroleum para negociar hidrocarburos. En el momento de morir, este amigo de Prigozhin era el reponsable de contratas militares con el Kremlin del Grupo Concord, entramado de 400 firmas de servicios, que abracan desde raciones de combate del ejército desplegado en Ucrania hasta transporte de tropas (Kratol) y construcción de cuarteles (Magaline). También el sector inmobiliario civil: North Versailles es la última urbanización que lleva a cabo, en los alrededores de San Petersburgo. Para el imperio hoy huérfano de Prigozhin, Concord es su máquina extractiva principal en Rusia, favorecida con un río de adjudicaciones desde su fundación, en 1995, y también después de que la madre del oligarca, Violeta Prigozhina, tomara una mayoría del capital en 2011. El otro ejecutivo próximo al jefe, Makaryan, había sido un mando de la policia en San Petersburgo y combatió en Siria para Wagner antes de convertirse en el jefe del área de seguridad privada del emporio, en la que destacan dos firmas: Unión de Oficiales de Seguridad Internacional y Prime Seguridad y Desarrollo (ambas en su traducción del ruso). Esperando el dedo de Putin La familia de Prigozhin podrá disfrutar de los réditos del capital acumulado por el oligarca, pero no ha habido aún señales de que se les permita asumir control alguno del imperio a Pavel, su hijo, o las hijas Verónika y Polina, o Lyubov, la viuda. Medios internacionales han especulado con la posibilidad de que sea Anton Olegovich Elizarov el hombre que herede la gestión de Wagner. Es joven (42 años), originario de Rostov del Don, exoficial del Ejército y exagente especial del servicio de inteligencia militar (GRU) que tuvo que retirarse por una condena por corrupción y se convirtió en mando mercenario en Siria. Su nombre ha sonado, pero no la anuencia de Putin. En el momento de fallecer aquel oligarca que, ante un montón de sus milicianos muertos en Ucrania, increpó a Serguéi Shoigú, el ministro ruso de Defensa, su grupo Wagner se había sofisticado. Ciertamente, reclutaba presidiarios para usarlos como carne de cañón en el Donbás, pero también proporcionaba imágenes de satélite al Ejército compradas con su filial Terra Tech, y había fundado su unidad de propaganda, Cyberfront Z, con la que completar las ofensivas de la Agencia de Investigación en Internet, la división del emporio dedicada a granjas de bots para injerencia y campañas en redes sociales. Había hecho Wagner incluso una incursión en la producción musical. En enero pasado promocionó y difundió en Rusia 'Cheburrashka', una canción arengatoria, himno pop glorificador de Rusia y de los mercenarios. En un videoclip trepidante, en el que no faltan hachas, mazos, migs, orkos y bombas atómicas, la cantante Vika Tsyganova canta a la patria y caricaturiza a una OTAN entre nazi y homosexual. En el estribillo clama: "¡Mama Rusia, limpia tus lágrimas!".

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