Nuevas hostilidades en el Cáucaso

Azerbaiyán aprovecha la crisis entre Rusia y Armenia para imponer su ley en el Alto Karabaj

Varias personas se ponen a cubierto en un refugio en Stepanakerrt para protegerse de los bombardeos de Azerbaiyán. / Foto cedida por el Defensor del Pueblo del Alto Karabaj

Los cañones han vuelto a retumbar en el Alto Karabaj, el enclave secesionista en territorio azerbaiyano que ha dado pie a dos guerras entre Armenia y Azerbaiyán. Las tropas de Bakú lanzaron el martes una “operación antiterrorista” con bombardeos de artillería y drones sobre la capital del enclave y varios puntos cercanos a la llamada línea de contacto que separa a las partes desde el armisticio de noviembre de 2020. El régimen de Ilham Aliyev describió inicialmente la ofensiva como una respuesta a la muerte un día antes de 11 azerbaiyanos por la explosión de dos minas que atribuyó a “grupos de saboteadores del ejército armenio”. No fue hasta más tarde cuando clarificó sus intenciones a través de un comunicado de su presidencia: la operación no se detendrá hasta que el Alto Karabaj se desarme y “se disuelva el régimen ilegal” que lo administra. Unos términos aceptados horas después por las autoridades del Karabaj a cambio del alto el fuego de Azerbaiyán.