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Crónica desde Beirut: Volver a casa para ser turista en tu propio país

Turistas y expatriados en Biblos.  / Andrea López-Tomàs

Cada verano, la población se multiplica en el Líbano. El aeropuerto internacional de Beirut es el puerto de entrada para muchos de los nuevos visitantes del país. Pero saben a dónde van, no necesitan guía, ni tampoco un taxi que les recoja a la salida. Al contrario, se conocen la única terminal libanesa en activo como la palma de su mano. Al fin y al cabo, son siempre los mismos los que vuelven. Su retorno implica una alegría que va más allá de lo emocional, ya que, en un país en debacle financiera perpetua, roza lo económico. De los 2,2 millones de visitantes que se esperan para este verano –en el país de los cedros, se alarga hasta bien entrado octubre–, se estima que un 75% sean libaneses que residen en el extranjero. Su presencia equivale al 40% de la población del país.