Las rutinas de Gayane Grigoryan hace meses que entraron en terreno desconocido. Cada mañana se levanta al alba para ponerse en cola frente a la panadería con la esperanza de recibir media hogaza racionada de pan. Luego camina varios kilómetros hasta la universidad, donde da clases de inglés, un viaje forzoso a pie por la falta de combustible para el transporte. Al salir del trabajo, pasa la tarde llamando a familiares y amigos en busca de patatas, verduras, aceite o cualquier cosa con la que alimentar a sus tres hijos. No hay mucho donde elegir: la única comida que queda en el enclave es la que se produce en las huertas de minifundio y los campos de cultivo, estos últimos, también asediados militarmente. "La gente tiene mucho miedo. No sabemos qué pasará cuando llegue el invierno. Necesitamos ayuda urgente de la comunidad internacional", dice esta mujer de 41 años al otro lado del teléfono.
Conflicto en el Cáucaso
"Nos quieren matar de hambre": la situación desesperada de los armenios del Alto Karabaj
Supermercado con las alacenas vacías en Stepanakert, la capital del Alto Karabaj, el enclave secesionista sometido al bloqueo de Azerbaiyán. /
Temas
Lo más visto
- Manolo García: “De estas elecciones me ha gustado que, de cada dos catalanes, uno no ha ido a votar”
- Tres turistas catalanes mueren en un tiroteo en Afganistán
- Marc Janeras: "Los gestores de Rodalies han conseguido vaciar el tren; están desmantelando el uso de la R3"
- Los bancos tendrán que ofrecer a sus clientes morosos renegociar la deuda antes de llevarles al juzgado
- Entrevista con Fabio Capello, 30 años después del 4-0 del Milan al 'Dream Team' de Cruyff: "No hubo final"