50 años de la asonada en Chile

Pinochet, el "legalista" que se sumó al golpe a última hora y terminó siendo el más cruel

El general Augusto Pinochet y el presidente Salvador Allende, en el Palacio de la Moneda en una imagen de archivo sin datar. / REUTERS

"Pobre Pinochet, debe estar preso", dice Salvador Allende, la mañana del 11 de septiembre, según el recuerdo de su portavoz, Carlos Jorquera. La frase suena aún más desconcertante medio siglo después. ¿Creía que el jefe del Ejército estaba de su lado o fue, apenas, un modo mordaz de reconocer la traición que, pocos minutos más tarde, se haría explícita?