Guerra de Ucrania

Rusia recurre al hambre como arma de guerra y convierte el mar Negro en un nuevo frente bélico

La tripulación del Sukru Okan, arrodillada en el puente de mando. / Ministerio de Defensa de Rusia

Durante un año y medio, el mar Negro, que comparten seis estados, tres de ellos miembros de la OTAN, ha permanecido relativamente al margen de las hostilidades que se desarrollaban en territorio ucraniano tras la invasión rusa: incidentes navales esporádicos, bombardeos de infraestructuras portuarias, pero poco más. La retirada de Rusia del acuerdo del grano, que permitía a Ucrania exportar cereales de forma segura desde sus puertos ribereños, ha dado al traste con esta cierta tranquilidad. En las últimas semanas se han multiplicado los incidentes navales entre buques de guerra rusos y cargueros en aguas internacionales, al tiempo que crecen las voces en la Alianza Atlántica para intervenir e impedir que el bloqueo naval del Kremlin convierta el hambre en el mundo en un arma de guerra y acabe estrangulando el sector agrario de Ucrania, vital para su supervivencia como Estado.