Giorgia Meloni flirtea con el PP europeo de cara a las elecciones de 2024

Dos fechas están captando estos días una atención inédita en la política italiana. La primera, en orden cronológico, son las elecciones españolas del 23-J. La segunda, los comicios generales en Polonia. La explicación radica en que el Partido Popular Europeo (PPE) y la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, han estado explorando una posible alianza de cara a las elecciones europeas de 2024. Sin embargo, el PPE no ve con buenos ojos a algunos socios muy radicales de Meloni, quien lidera el Partido de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), lo que ha complicado la operación. El entuerto polaco es el más visible. Las próximas generales en Polonia se celebrarán en octubre y, a menos de que haya sorpresas, los dos principales rivales de la contienda serán el actual primer ministro, Mateusz Morawiecki, del partido ultraderechista Ley y Justicia (PiS), y Donald Tusk, líder de la principal formación opositora, la conservadora Plataforma Cívica. El problema es que Morawiecki es del ECR y Tusk del PPE, por lo que el choque es directo. Meloni, además, tampoco ha logrado convencer a los polacos para que apoyen el plan europeo sobre migración. Compañeros problemáticos Distinto es el caso de Vox. El principal problema aquí radica en el discurso contrario a la integración europea de la formación española, dicen los observadores. “En la reciente reunión del PPE en Roma nos dijeron claramente que existen diferencias muy significativas. El PPE sólo quiere (alianzas con) fuerzas constructivas y no destructivas, con europeístas y no antieuropeístas”, afirma Valerio Valentini, periodista del diario italiano 'Il Foglio' que asistió al acto. “El mensaje del PPE a Meloni es que se debe liberar de sus compañeros más problemáticos”, razona Valentini. “Es evidente que a Meloni le interesa tener un papel relevante en Europa”, añade el politólogo Arturo Varvelli, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores. Lo que tal vez también explique los esfuerzos de Meloni para mostrarse como una fiel aliada de la OTAN y con un apoyo sin fisuras a Ucrania. Con todo, algunos analistas creen que, a pesar de los obstáculos, Meloni tiene opciones. Una alternativa sería pactar en solitario (con el PPE, sin el resto de ECR), pero esto implicaría un terremoto dentro del ECR, grupo que Meloni preside desde 2020 y que acaba de revalidarla en el cargo por otro año. Otra opción podría pasar por imponerse dentro de su grupo, lo que amenaza con una salida de ECR de las formaciones que no se ajustan a sus deseos. El socio italiano El eurodiputado Nicola Procaccini, copresidente de ECR, descarta ambos escenarios, ya que, según él, es impensable que Meloni abandone el ECR y, además, una especie de alianza entre las derechas ya existe en la UE. “Y se manifiesta cada vez que votamos juntos. No es una noticia que hay una cercanía de principios, valores y programas”, dice respondiendo a EL PERIÓDICO. Aún así, para el futuro, “lo que esperamos es un desplazamiento del centro (de la Eurocámara) hacia la derecha, sin los socialistas”, añade antes de sugerir que la solución podría ser una alianza no formal sino 'de facto'. Lo cierto es que la situación es delicada a nivel doméstico en Italia. Esto se debe a que, por una parte, una eventual formalización de una alianza con el PPE puede no ser aceptada por la parte más dura del partido de Meloni. Por la otra, el principal aliado gubernamental de Meloni en Italia, la Liga de Matteo Salvini, pertenece a otra familia europea, Identidad y Democracia. Aun así, Francesco Lollobrigida, ministro y cuñado de Meloni, ha dicho esta misma semana que la alianza es aún posible. Conveniencias En realidad, la búsqueda un acuerdo con Meloni es también del interés del PPE. Las razones son múltiples. La primera es que el partido italiano que integra actualmente el PPE es precisamente Forza Italia, del fallecido Silvio Berlusconi, una formación que hoy corre el riesgo de perder muchos votos en las europeas de 2024 e incluso tal vez no entrar en el Parlamento europeo. Un escenario que, de consumarse, dejaría al PPE sin su representante italiano. El segundo es que es posible que el PPE necesite el voto del ECR para alcanzar mayorías sólidas en los votaciones más relevantes, ocurra lo que ocurra en el 23-J y en los comicios polacos. Los últimos sondeos lo ponen de relieve: la líder de Hermanos tendría entre el 27% y 29% de los votos.

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