Autonomía estratégica en la UE

La dependencia de China inquieta cada vez más en Bruselas: ¿desacoplarse o reducir riesgos?

La presidente a del Comisión Europea,Ursula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en la reuda de prensa posterior a la cumbre virtual con el presidente de China, Xi Jinping. / EFE / YVES HERMAN

El 97% del litio utilizado en la Unión Europea procede de China, así como el 93% del magnesio comunitario o el 80% de los paneles solares que los países del bloque instalaron el año pasado. Son solo tres ejemplos de la dependencia europea de China para abastecerse de ciertas materias primas y productos esenciales para el desarrollo de sus industrias estratégicas. Durante la pandemia, la Comisión Europea trató de cuantificar esa dependencia. Empezó por identificar 137 categorías de productos –todos ellos asociados a sectores vitales como la salud, la defensa o el espectro digital– que llegan mayoritariamente de fuera de sus fronteras y cuyas importaciones no podría sustituir con sus capacidades industriales actuales. Llegó a una conclusión reveladora: más de la mitad del valor de importación de esos productos procede de China, concretamente el 52%.