Mercado de la energía

Cinco compañías energéticas concentran las compras legales de gas ruso en España

El metanero ’Nikolay Urvantsev’, cargado con gas ruso procedente de yacimientos de Yamal y bandera de Hong Kong, en el momento de la descarga en el puerto de Bilbao el 10 de marzo de 2022. / LUIS TEJIDO / EFE

El puerto ruso de Sabetta está literalmente en el fin del mundo, unos 600 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico, donde el sol desaparece durante tres meses al año y las temperaturas llegan a superar los 50 grados bajo cero. Desde allí parten todos los barcos metaneros que han abastecido de gas ruso a España desde que el Kremlin decidiera invadir Ucrania y dinamitar la arquitectura de seguridad europea. Ese gas natural licuado (GNL) producido en Rusia ha ayudado a españoles y europeos a vadear el invierno sin apagones ni más sobresaltos que la factura mensual. Pero también se ha convertido en un asunto embarazoso para España, a medida que el país se convertía en uno de los mayores importadores mundiales de GNL ruso. Un comercio dominado por un puñado de compañías que está enriqueciendo a varios oligarcas cercanos al Kremlin y alimentando de forma indirecta las arcas públicas con las que Rusia financia su guerra.