"¿Por qué creen que me odian, me persiguen y me proscriben? Hagan lo que hagan, me quieran matar o meter presa, nunca voy a ser de ellos. Yo soy del pueblo y de ahí no me muevo". Cristina Fernández de Kirchner puede renunciar a competir por la presidencia argentina y alentar a la renovación generacional del peronismo, el partido que gobierna este país en medio de una situación calamitosa que le augura una paliza electoral en octubre. Lo que no puede hacer la vicepresidenta es perder un centímetro de su centralidad política. Ella sigue siendo la voz tutelar de quienes la siguen y adoran con una intensidad que puede ser simétrica a la de aquellos que le desean el peor de los mundos. La política argentina es, en ese sentido, un juego de suma cero, donde las ganancias de un jugador se equilibran con las pérdidas de otro.
Crisis en el país sudamericano
Cristina Kirchner renuncia a competir en las urnas pero se mantiene como referente político
Celebración en Buenos Aires del 20 aniversario de la llegada al poder de Néstor Fernández de Kirchner. /
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