La declaración final de la XIII cumbre luso-brasileña celebrada este domingo en Lisboa incluye una condena conjunta a la invasión rusa sobre Ucrania y subraya la necesidad de promover una "paz justa y duradera".
El texto sostiene que ambos jefes de Gobierno, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y el luso António Costa, "deploran la violación de la integridad territorial de Ucrania por Rusia y la anexión de partes de su territorio como violaciones de derecho internacional". Lamentan también la "pérdida de vidas humanas y la destrucción de la infraestructura civil, así como el inmenso sufrimiento humano y el agravamiento de la vulnerabilidad de la economía mundial causados por la guerra".
Además, expresan su "preocupación con los efectos globales del conflicto en la seguridad alimentar y energética, especialmente en las regiones más pobres del planeta" y subrayan la "necesidad de promover una paz justa y duradera".
Dos dirigentes con opiniones distintas
Las diferencias entre Brasil y Portugal sobre la guerra contra Ucrania han planeado hoy durante la visita de Lula a Lisboa. El brasileño apuesta por buscar un diálogo de paz involucrando a países de confianza de los actores del conflicto. Una visión que contrasta con la del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, para quien la salida a la guerra pasa por la retirada de Rusia y el derecho de defensa de Ucrania.
"Portugal es solidario con la OTAN y la UE y piensa que no es una situación justa no permitir a Ucrania defenderse e intentar recuperar territorio que fue invadido con la violación de su integridad territorial", dijo hoy Rebelo.
La cumbre de la reconciliación
La XIII cumbre luso-brasileña, la primera desde 2016, coincide con un momento de pujanza comercial entre ambos países. Brasil es el primer destino de las inversiones portuguesas en el exterior y es, a la vez, el segundo mayor inversor en Portugal fuera de la UE. La cita concluyó con más de una decena acuerdos que alcanzan a las áreas de Cultura, Educación, Sanidad, Transporte, Ciencia y Tecnología, Economía e incluso cooperación espacial.
Varios de los acuerdos apuntan precisamente a ayudar a los brasileños residentes en Portugal, como el reconocimiento de la formación académica y la convalidación de títulos de educación superior.