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Vientres de alquiler: un negocio millonario y global

Bebé / Carlos Luján / Europa Press

Colocados uno al lado del otro, en sus pequeñas cunas de plástico, parecían muñequitos. Su existencia sacudió al mundo. Era la contagiosa primavera del 2020 y el planeta entero, encerrado entre cuatro paredes en pleno estallido de la pandemia, puso el grito en el cielo. Treinta y cinco bebés recién nacidos estaban atrapados en el vestíbulo de un hotel de Kiev. Pero, pese a haber sido la tierra ucraniana la primera que conocieron, sus orígenes eran distintos. O tenían que serlo. En realidad, había cientos de ellos repartidos por toda Ucrania. Cientos de bebés gestados por madres de alquiler ucranianas esperaban a que el hombre y la mujer que plantaron un óvulo fecundado en úteros extranjeros vinieran a recogerlos. Las fronteras estaban cerradas y, durante los primeros meses de vida, estos pequeños solo vieron a enfermeras frente a los muros empapelados del hotel Venice.