Nuevo mapa de la energía

El sueño (casi) imposible de España e Italia para convertirse en el nuevo polo energético de Europa

Roma apuesta por ser el gran centro de distribución del gas africano mientras Madrid basa sus planes en el hidrógeno verde y otras renovables

Tuberías de gas.

La invasión rusa de Ucrania ha desplazado el centro de gravedad de la geopolítica energética en Europa. La abrupta desconexión de los hidrocarburos rusos ha obligado al continente a repensar sus fuentes de abastecimiento e improvisar sobre la marcha alternativas para el suministro. Los flujos de este a oeste se están rápidamente secando, un cambio de paradigma que ha abierto nuevas oportunidades para países como España e Italia, que apenas tenían peso en el viejo mapa energético. El sur reclama ahora su espacio en el nuevo tablero, aprovechando su cercanía a los yacimientos del Norte de África, su infraestructura gasística o su potencial con las renovables. No será fácil, sin embargo, porque entre eslogan político y la ambición plasmada media un abismo.