Tras más de una década de guerra civil, el terremoto en el noroeste de Siria -que aglutina el grueso de las localidades controladas aún por la oposición- ha devastado una zona ya previamente debilitada al extremo. En medio de las labores de rescate tras el seísmo, afloran nuevamente los Cascos Blancos. ¿Quiénes son?
Constituídos durante la guerra para asistir a la población civil masacrada por los bombardeos del régimen de Asad, los Cascos Blancos son conocidos como Defensa Civil Siria. Sus miembros, un grupo de voluntarios locales financiados por países occidentales, están ahora desplegados en la zona noroeste del país, epidentro de los rebeldes, sabedores de que la ayuda del régimen de Asad tardará, si es que algún día llega, a los bastiones de la oposición.
Con experiencia en sacar a civiles de los escombros tras los bombardeos, las imágenes llegadas desde Siria reflejan claramente que son estos voluntarios quienes encabezan el rescate tras el mortífero terremoto.
Voluntarios financiados por Occidente
La organización cuenta con unos 3.400 miembros, aproximadamente. No son profesionales del rescate ni de la asistencia sanitaria. Pueden encontrarse desde profesores a ingenieros, pasando por bomberos, entre otras múltiples profesiones. La organización incomoda claramente al presidente sirio, Bashar Al Asad, que se ha esforzado en desacreditarla con la recurrente acusación de tener vínculos con el terrorismo yihadista.
Los Cascos Blancos fueron galardonados con el 'premio Nobel alternativo', organizado por la fundación sueca Right Livehood Award. El fallo resaltó la excepcional valentía, sensibilidad y compromiso humanitario de la Defensa Civil de Siria para rescatar a los civiles de la guerra que afecta al país. La fundación les califica como "faro de esperanza en medio de la tragedia humana" y recordó a los más de 100 voluntarios que han muerto mientras trabajaban en tareas de rescate. Recordó además que ya han salvado más de 60.000 vidas.