Un ciclón de gran intensidad amenaza con azotar California el miércoles, tras las sucesivas tormentas que ya han matado al menos a 17 personas. Las autoridades han iniciado ya las órdenes de evacuación.
Las lluvias torrenciales caídas en los últimos días sobre un terreno ya anegado han provocado cortes generalizados del suministro eléctrico, inundaciones, arrancado árboles y cortado carreteras principales, arrastrando a algunos automovilistas. La búsqueda de un niño de cinco años arrastrado el lunes por la corriente en Paso Robles, una pequeña ciudad a medio camino entre Los Ángeles y San Francisco, se ha suspendido debido al peligro que corren los buceadores en las aguas turbulentas.
Unos 66.000 hogares y empresas del estado más poblado de EEUU se han quedado sin suministro eléctrico el miércoles por la mañana. Según el Servicio Meteorológico Nacional de EEUU (NWS), la nueva tormenta puede azotar el norte de California y traer fuertes nevadas.
California está experimentando actualmente "una avalancha incesante de ríos atmosféricos", no vista desde 2005, según el NWS. Estos "ríos del cielo", que se forman a partir del vapor de agua en los trópicos y viajan para descargar aguaceros en la costa oeste de Estados Unidos, rara vez son tan frecuentes.
"Enorme ciclón"
"Un enorme ciclón en rotación frente a la costa oeste volverá a traer fuertes lluvias y vientos racheados (el miércoles), esta vez dirigidos al norte de California", escribió el NWS en su último aviso. Según informó el martes el gobernador de California, Gavin Newsom, al menos 34.000 personas han tenido que abandonar sus hogares.
"Aún no estamos fuera de peligro. Esperamos que las tormentas continúen al menos hasta el 18 de enero", declaró el gobernador a la prensa que añadió: "Hasta ahora, tenemos 17 muertes confirmadas
Al norte de Los Ángeles, cerca de Santa Bárbara, la comunidad costera de Montecito, refugio de famosos donde viven el príncipe Harry y Meghan Markle, estuvo bajo orden de evacuación desde el lunes hasta media tarde del martes.
El enclave, donde la actriz Jennifer Aniston y la presentadora de televisión Oprah Winfrey poseen villas de lujo, es un foco del clima extremo que azota California, inmersa en una fuerte sequía desde hace dos décadas.