Desde el Kremlin siguieron con especial interés la visita del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a la capital estadounidense este miércoles. En Washington, Joe Biden reafirmó su apoyo a Kiev y anunció que Ucrania recibirá más ayuda militar, incluyendo el sistema de defensa antiaérea Patriot. El apoyo norteamericano no es del agrado de Moscú, y este jueves el propio presidente ruso, Vladímir Putin, aseguró que su país dará con un "antídoto" contra este armamento.
En una comparecencia de prensa, Putin intentó quitar importancia a la entrega de estos sofisticados sistemas de defensa a Ucrania asegurando que son "bastante antiguos" y que no funcionan "tan bien" como los rusos S-300. "Los crujiremos" como nueces, insistió, antes de añadir que el nuevo envío no hace más que "alargar el conflicto".
"Guerra indirecta" de EEUU
En opinión del Kremlin, EEUU está en una "guerra indirecta" con Rusia en Ucrania, según dijo el portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, antes de quejarse de que no ha habido "verdaderas llamadas a la paz" durante el encuentro entre ambos líderes.
Desde que Rusia inició su ofensiva contra Ucrania el pasado 24 de febrero, Washington ha apoyado abiertamente a Kiev, según Moscú. "Hasta ahora, podemos constatar con pesar que ni el presidente Biden ni el presidente Zelenski han dicho algo que pueda ser visto como una posible disposición a escuchar las preocupaciones de Rusia", lamentó Peskov.
Sin embargo, el portavoz cree que el hecho de que "Estados Unidos y otros países estén siguiendo el camino de aumentar constantemente el apoyo que se suministra a Ucrania" no puede impedir que "la Federación Rusa logre sus objetivos en el curso de la operación militar especial".