Cuando el escritor ruso Dmitri Glujovsky escribió la saga de libros post-apocalíptica Metro 2033, convirtió la red de túneles del metro en una pequeña ciudad bajo el invierno nuclear. Y tiene razones para elegir ese escenario para su ficción: este espacio es realmente una pequeña urbe subterránea y está preparada para resistir impactos atómicos. En los pasillos interiores de esta subciudad hay todo tipo de negocios como tiendas de comida, kioskos, puestos de souvenirs o de telefonía, e incluso se puede acceder a centros comerciales sin salir a la calle. Hacerlo en invierno es duro - el termómetro puede marcar -20º, en ocasiones incluso menos –, por ello los pasos subterráneos ayudan al peatón a congelarse lo menos posible.
Entender más
Crónica desde Moscú: el metro, refugio atómico
El suburbano es el orgullo de los mocovitas y la red una ciudad subterránea prepara para resisitir un atque nuclear
Mural en el que aparece Lenin en la estación de metro de Baumanskaya. /
Temas
Lo más visto
- Adiós a otra tienda centenaria de Barcelona: "Cerraremos cuando agotemos las existencias"
- Los vecinos del bloque Venus perderán el realojo gratuito en La Mina si no renuncian a pedir indemnizaciones
- Nuria Roca explica la ausencia de Gonzalo Miró en su programa: "Nos ha cambiado por una mochila"
- Detenido un soldado estadounidense cuando estaba como turista en Rusia
- El Ayuntamiento de Barcelona pone fin a la feria de payés de Sant Antoni a petición de los 'paradistas' del mercado