La inocente estatua de un delfín negro preside, paradójicamente, el acceso a uno de los espacios que nadie quiere pisar en Rusia: la Institución Federal Gubernamental (FKU) de la Colonia Penitenciaria IK-6 UFSIN, ubicada en la localidad de Sol-Iletsk, a un millar de kilómetros al sureste de Moscú, y a la sazón la cárcel más dura de todo el país.
La figura, creada por los propios presos, da nombre popular a la famosa cárcel, edificada en 1745 y que en la actualidad acoge a 700 reos entre los que se incluyen los más peligrosos del país: condenados por asesinato, pederastia, terrorismo e incluso canibalismo.
Dieta invariable
Ante esta nómina de reos, las normas del presidio son tremendamente estrictas: controlados las 24 horas en celdas aisladas y reforzadas con tres puertas de acero. Apenas salen de sus estancias para hacer ejrcicio e incluso comen una exigua e invariable dieta de pan y sopa.
Para evitar que puedan tramar un plan de fuga, las ocasiones en que salen de la celda para hacer ejercicio, deben hacerlo con los ojos vendados, con la cabeza y la espalda inclinadas abajo, de manera que nunca pueden ubicarse en este espacio ultraprotegido, donde ni siquiera hay patio.