"Crecimiento, crecimiento, crecimiento". Así resume la primera ministra británica, Liz Truss, sus prioridades económicas. De momento lo único que ha crecido con su minipresupuesto es la inflación, el déficit y los tipos de interés. El atajo de rebajar impuestos sólo ha empeorado las cosas. "Las políticas dirigidas a un verdadero crecimiento requieren un largo esfuerzo, un maratón de reformas difíciles de llevar a cabo, no esta carrera enloquecida", señala John Van Reenen, profesor de la London School of Economics, quien se pregunta si el Reino Unido podrá resurgir, o si el daño, después de décadas de estancamiento, es ya demasiado profundo.
Crisis estructural
El lento declive del Reino Unido, un cóctel más allá del Brexit
La pandemia del covid o la guerra de Ucrania también han contribuido a empeorar una economía dañada por décadas de estancamiento
Manifestantes con cabezas de papel maché de Therese Coffey, Liz Truss y Suella Braverman, en una concentración en Victoria Square, Birmingham, Reino Unido
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