Sector energético

La guerra de Ucrania relanza los proyectos de hidrocarburos y complica los objetivos climáticos

La desconexión energética de Rusia desata una carrera para construir nuevas infraestructuras y aumentar la producción de combustibles fósiles

Antorcha de gas junto al cartel de la compañía Lukoil en la plataforma petrolera Filanovskogo en el Mar Caspio, en Rusia.

A finales de marzo, un mes después de que comenzara la invasión rusa de Ucrania, un periodista le pidió al ministro de Energía de Arabia Saudí que hiciera una reflexión sobre la nueva situación creada en los mercados energéticos. “Fíjese en lo que está sucediendo, ¿quién habla hoy del cambio climático?”, dijo el príncipe Abdulaziz bin Salman con un deje de interesado cinismo. No exageraba, sin embargo. Desde que la Unión Europea comenzara a adoptar medidas para acabar con su dependencia del gas y el petróleo ruso, los ámbitos más complejos de su masiva campaña de sanciones, toda la conversación se ha centrado en cómo reemplazar a los hidrocarburos rusos con importaciones desde terceros países. Las renovables apenas han entrado en la ecuación, a pesar de los imperativos de la ciencia, que llama a reducir a la mitad las emisiones de efecto invernadero antes de 2030.