El bombero Oleh Alenik se encuentra en la azotea de un edificio de nueve pisos junto con su unidad de siete subordinados. Se han enfilado metiéndose en una ventana un poco más grande que el cuerpo de una persona, y ahora están removiendo los escombros que ha dejado un reciente ataque. Los muros de la terraza tienen el aspecto de un queso gruyere, regalo de la artillería, pero el peligro mayor son algunos trozos de cornisa que se están desprendiendo y corren el riesgo de desplomarse en cualquier momento. Los hombres trabajan en ello rápido bajo el sol, al filo del vacío. Pero, de repente, el estruendo de una gran explosión interrumpe la escena. A pocos kilómetros, están bombardeando, el humo gris tiñe el cielo, y ya no es seguro seguir trabajando. Se continuará mañana.
Guerra en Ucrania
Bomberos de Járkov: "Antes pensábamos en el fuego, ahora en las bombas"
Los efectivos, acostumbrados a lidiar con incendios y accidentes, se enfrentan ahora a las consecuencias del conflicto bélico
Bomberos en la ciudad ucraniana de Járkov. /
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