Hace un mes las ciudades de Kiev, Járkov, Dnipro, Mariupol, Odessa o Sumi derrochaban vida. Los días transcurrían como siempre. Había cierta preocupación por la pugna con Rusia y muchos habían empezado a hacer cursos de supervivencia, pero prácticamente nadie pronosticó entonces lo que estaba por venir, ni lo creyó posible. La sensación era, sencillamente, que lo inimaginable no iba a ocurrir. Pero la madrugada de aquel 24 de febrero, las sirenas antiaéreas, ahora imposibles de olvidar, dieron paso a la pesadilla. La de una invasión que empezó a dejar vidas quebradas.
El desafío ruso
Las vidas quebradas de Ucrania
Los ucranianos no llegaron nunca a imaginar que un día se despertarían con la noticia de que Rusia estaba invadiendo su país, una pesadilla que empezó hace ahora un mes y que deja una población traumatizada por la tragedia que está viviendo
Ciudadanos asisten a un entrenamiento para aprender a usar las armas en el puerto de Odesa, este miércoles. /
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