El desafío ruso

El terror, la destrucción y la muerte tiñen de rojo el Día de la Mujer en Ucrania

Muchas mujeres ucranianas han decidido no abandonar su país y quedarse para combatir la invasión rusa

"A las mujeres rusas les pido que no se queden calladas mientras nos matan", dice Yulia Daniluk

Elena Ustymenko. / Irene Savio

Todas las mañanas, desde hace ya varios días, Elena Ustymenko, ama de casa de 35 años, se despierta y sin importar el lugar donde se encuentra mira su teléfono para enterarse del parte bélico. Intenta saber si han bombardeado su barrio en Kiev, o algún misil ha caído en la casa de amigos y conocidos. También llama a sus parientes en Bucha, ciudad donde la artillería rusa se está ensañando de forma especial, para saber si siguen vivos y tienen comida. Pero Elena, que sufre de una enfermedad en la piel por haber nacido el mismo día en el que estalló la central nuclear de Chernóbil en 1986 y que ha pasado varios veranos en España, piensa que no es conveniente mostrar su preocupación delante de su hija de 6 años, y por eso intenta que todo ocurra antes de que la niña despierte. “Su cabecita pequeña no entiende qué pasa y por qué hay una persona que nos está haciendo todo esto”, dice mientras una gruesa lágrima se desliza por su mejilla. “¿Cómo se puede entender que dispararan contra autobuses de personas que estaban huyendo cuando, decían, había una tregua?”, se pregunta.