Guerra en Ucrania

El ministro de Exteriores ruso afirma que una tercera guerra mundial sería nuclear y destructiva

"Biden sabe que la única alternativa a las sanciones es la tercera guerra", afirma Sergei Lavrov

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El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha asegurado este miércoles que el presidente estadounidense, Joe Biden, sabe que la única alternativa a las sanciones contra Rusia es una tercera guerra mundial y que sería "una guerra nuclear devastadora", en declaraciones la televisión catarí Al Jazeera. Biden, aseguró, "tiene experiencia y sabe que no hay alternativa a las sanciones, sino la guerra mundial", afirmó al canal árabe Lavrov para abundar en que de producirse una tercera guerra mundial, ésta implicaría armas nucleares y sería destructiva. Lavrov ha dicho que Rusia, que lanzó una ofensiva militar especial contra Ucrania el 24 de marzo, se enfrentaría a un "peligro real" si Kiev adquiriera armas nucleares. El titular de Exteriores abundó en que Moscú no va a permitir que el Gobierno de Kiev adquiera armas nucleares.

El martes, Rusia acudió al mayor foro internacional sobre los derechos humanos en Ginebra para justificar con todo un arsenal de argumentos su guerra contra Ucrania e hizo oídos sordos a las peticiones de la comunidad internacional de detener su operación militar, mientras que la Unión Europea y Estados Unidos dijeron que los responsables deberán rendir cuentas de sus actos.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, acusó al Gobierno de Kiev de ser "neonazi" y de maltratar y violar los derechos de la población rusohablante en Ucrania desde 2014, cuando un movimiento ciudadano logró la caída del entonces presidente, Viktor Yanukovich, aliado cercano de Moscú.

Estrecho colaborador de Putin

Lavrov habló por videoconferencia ante el Consejo de Derechos Humanos de supuestas "fosas comunes encontradas en la región del Donbás", con muertos causados por bombardeos de Ucrania contra las regiones de Lugansk y Donetsk, con importantes comunidades rusohablantes, que hace ocho años cayeron bajo control de grupos separatistas que contaban con el apoyo de Rusia.

El ministro, que lleva 18 años como jefe de la diplomacia rusa y es considerado uno de los colaboradores más próximos al presidente Vladímir Putin, tenía previsto plantar cara al Consejo de Derechos Humanos y exponer su argumentación en persona, pero las sanciones actuales impedían que su avión sobrevolara varios países europeos de camino a Suiza.

Lavrov evitó sin querer el desaire que le tenían preparadas todas las delegaciones occidentales del Consejo de Derechos Humanos, a las que se unieron varias de Latinoamérica, que habían planeado abandonar la sala cuando apareciese en la tribuna. La acción se produjo, pero cuando apareció la imagen del mensaje que había grabado previamente.

Más temprano, Lavrov compareció del mismo modo en la Conferencia de Desarme, que se reúne paralelamente en Ginebra, para denunciar como "inadmisible" la existencia de armas nucleares estadounidenses en Europa y reiterar la exigencia de Moscú para que la OTAN le presente garantías de seguridad.