Persecución y hostigamiento

La principal oenegé de derechos humanos de Egipto cierra por el acoso del régimen

  • La histórica Red Árabe de Información sobre Derechos Humanos, de las pocas independiente del país, suspende sus actividades “ante la ausencia del mínimo indispensable de Estado de derecho"

  • Las organizaciones egipcias en favor de los derechos humanos se enfrentan a amenazas, encarcelamientos y bloqueos

Manifestación en la plaza Tahrir, en el Cairo. / REUTERS

“Ante la ausencia del mínimo indispensable de Estado de derecho y de respeto a los derechos humanos, la Red Árabe de Información sobre Derechos Humanos decide suspender sus actividades”. Con una declaración tan contundente, la histórica ANHRI (en sus siglas en inglés), una de las pocas organizaciones independientes que sobrevivían en Egipto, ha optado por disolverse. Su forzado adiós ha puesto de manifiesto la crítica situación que viven las oenegés en el Egipto del presidente del país, el mariscal Abdelfatá al Sisi. Persecución, hostigamiento, amenazas y prisión son el panorama al que se enfrentan estas organizaciones para seguir denunciando las incesantes violaciones de derechos humanos.