La empresa de transporte público berlinesa BVG sorprendió a mediados de diciembre con una campaña publicitaria a las puertas de la Navidad: su departamento de comunicación promocionó con un vídeo corporativo un "billete de cáñamo" que podía ser ingerido tras su uso. Rociado con unas gotas de aceite de la planta, el vídeo sugería que su ingesta relajaba al usuario en los días previos a la Navidad, tan marcados por el estrés de las compras y la preparación de los compromisos familiares. El aceite de cáñamo usado no contenía, sin embargo, el principio activo del THC -componente psicotrópico- ni tampoco el del CDB -componente con aplicaciones medicinales y relajantes-.
Debate público
La legalización del cannabis: una oportunidad histórica (y económica) para Alemania
El nuevo Gobierno tripartito de SPD, verdes y liberales rompe con el prohibicionismo defendido por los conservadores
La 'coalición semáforo' apuesta por un modelo más liberal con ventajas financieras para el Estado
Fotografía de plantas de cannabis. /
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