Extrema derecha

El polemista francés Zemmour, a juicio por sus insultos contra jóvenes migrantes

  • Empieza en el Tribunal de París el juicio de la nueva sensación de la extrema derecha en Francia

  • El ensayista xenófobo tachó a los menores no acompañados de “ladrones”, “asesinos” y “violadores”

Éric Zemmour, en una imagen de archivo. / AFP

Fuerte con los débiles y cobarde con los poderosos. El polemista ultra Éric Zemmour encarnó este miércoles esta actitud habitual en los dirigentes de ultraderecha y se ausentó de la sala de audiencias. El Tribunal de París ha empezado esta mañana el juicio del ensayista-candidato por haber insultado a los migrantes menores de edad en un programa de televisión. Los jueces decidirán si la nueva sensación de la extrema derecha en Francia cometió un delito de “complicidad en la provocación del odio racial y de injuria racial". Por ello, podrían condenarlo hasta un año de prisión y 45.000 euros de multa.

Los hechos juzgados se remontan al 29 de septiembre de 2020. En un plató de CNews, conocida como la “Fox francesa” por su línea editorial muy conservadora, Zemmour se explayó con dureza contra los menores extranjeros no acompañados: “No tienen nada que hacer aquí. Son ladrones, asesinos y violadores, esto es todo lo que son. Debemos reenviarles a su país y no deberían ni siquiera venir a Francia”.

Estas declaraciones se produjeron pocos días después de un intento de ataque contra la antigua sede de la redacción de la revista Charlie Hebdo por parte de un paquistaní, de 25 años, pero que unos años antes se había hecho pasar por un menor de edad. Entonces, Zemmour aprovechó esa tentativa yihadista para arrojar toda su bilis xenófoba. Lo hizo divulgando fake news, puesto que solo el 10% de estos jóvenes migrantes han cometido delitos. Según los abogados del polemista, sin embargo, él solo “repitió con palabras distintas” la preocupación expresada por las autoridades sobre la delincuencia relacionada a migrantes adolescentes, que no cuentan con el amparo de ningún familiar y a menudo viven en situaciones de gran precariedad.

“La esencia misma del racismo”

Los ataques verbales de Zemmour indignaron tanto a asociaciones humanitarias, como SOS Racismo o la Liga de Derechos del Hombre, como a los consejos departamentales (el equivalente francés de los provinciales), encargados de gestionar la acogida de menores no acompañados. Estos se presentaron como partes civiles en el juicio.

Aunque le gusta dar lecciones sobre la autoridad, el polemista prefirió evitar comparecer ante las autoridades judiciales. Sus letrados lo justificaron con el argumento de “evitar que el espacio judicial se transformara en un estudio de una cadena de televisión de información 24 horas”. Además del ensayista-candidato, también se juzga al director del grupo Canal+, del que forma parte CNews y cuyo presidente, el controvertido Vincent Bolloré, es el gran mecenas del polemista.

Pese a la ausencia de Zemmour, las primeras horas del pleito resultaron agitadas. La mayoría de las asociaciones presentes en el proceso lo hacen “para hacer política”, criticó Olivier Pardo, abogado del polemista. Las declaraciones del tertuliano ultra representan “la esencia misma del racismo”, había afirmado antes el representante legal de SOS Racismo, Patrick Klugman.

Condenado dos veces en el pasado

Desde que se dio a conocer al gran público principios de los 2000 —hasta entonces era un cronista político de poca monta de Le Figaro—, Zemmour ha sido juzgado una quincena de veces por sus declaraciones xenófobas. En la mayoría de casos lo absolvieron, pero ya lo condenaron en dos ocasiones por racismo.

Su discurso ultraderechista sin pelos en la lengua resulta la marca de distinción del polemista, que podría oficializar su candidatura en diciembre. Tras haberse erigido en la sensación de la precampaña, aunque su omnipresencia mediática ha perdido gas en las últimas semanas, los sondeos le otorgan entre el 13% y el 19% de los votos. Estas estimaciones lo sitúan entre segundo o tercero, pero deben cogerse con pinzas al faltar cinco meses para las presidenciales de abril de 2022.

De lo que no hay ninguna duda es que Zemmour hará de sus provocaciones uno de los pilares de su campaña. El pasado 13 de noviembre, se desplazó delante del Bataclan para aprovechar la conmemoración de los atentados del 2015 para responsabilizar de ellos a François Hollande y a la llegada refugiados. Ese video manipulador no solo suscitó una amplia condena, sino que también fue un ejemplo paradigmático de su estilo provocador, al límite de lo moral y lo legal, pero que puede aportarle millones de votos.