Comicios en el país árabe

Moqtada al Sadr: de clérigo miliciano a hombre fuerte de Irak

  • El ganador de las elecciones parlamentarias en el país árabe es un líder religioso independiente de las potencias extranjeras y con un apoyo popular enorme

  • Al Sadr saltó a la fama por su lucha contra la invasión estadounidense y Washington llegó a catalogarlo como “el hombre más peligroso de Irak”

Un seguidor de Moqtada al Sadr sostiene una foto del clérigo en una concentración en la plaza Tahrir de Bagdad para celebrar el resultado electoral. / AP / HADI MIZBAN

Para un hijo, muchas veces, es difícil vivir a la sombra de un padre, sobre todo si este es una leyenda en su país, una persona con cientos de miles de adeptos, alguien que mantuvo el título de gran líder supremo, que desafió al tirano anterior y que, además, lo pagó con su sangre y la de dos de sus hijos.

Es complicado estar a la altura, pero Moqtada al Sadr, ganador de los comicios iraquís de este domingo -también ganó los anteriores, en 2018- lo ha conseguido: Al Sadr hijo es casi o tan famoso en Irak como su padre, Mohammad al Sadr.

Su estrellato empezó en 2003, cuando Al Sadr hijo levantó en torno a sí mismo un movimiento de resistencia en contra de la invasión estadounidense que había acabado con el régimen de Sadam Hussein, el asesino de su padre. Moqtada, que en ese entonces tenía 30 años, creó el Ejército Mehdi, una milicia chií que lideró la lucha contra la coalición internacional liderada por Estados Unidos, Gran Bretaña y España

"El hombre más peligroso"

Sus militantes realizaron múltiples atentados contra los nuevos amos de Irak -y también contra civiles sunís- y él, que empezaba a ser conocido en el país árabe, llegó a ser catalogado por Washington como “el hombre más peligroso de Irak”.

En ese momento y a través de su lucha contra los "ocupantes", Al Sadr hijo empezó a ganar adeptos donde antes los había tenido su padre: entre la clase popular chií, sobre todo en Bagdad, donde un barrio que antes tuvo el nombre de ‘Ciudad Saddam’ pasó a llamarse ‘Ciudad Sadr’ en honor al padre de Moqtada. 

“¡Vosotros!, la policía iraquí y su Ejército, no caminéis junto con los ocupantes. ¡Son vuestro archienemigo! Sumaos a nuestra resistencia”, dijo en un discurso en 2007, unos meses antes de marcharse hacia Irán en un autoexilio para estudiar y hacerse con el título de ayatolá, como su padre.

Líder político

Pero su ausencia duraría poco. En 2011, Al Sadr volvió a Irak y se mudó a la ciudad santa chií de Nayaf, en el sur del país, donde fundó su movimiento político a través del cual continuó abogando por un Irak libre de soldados ocupantes, como otras formaciones chiís del país. Sin embargo, la posición de Al Sadr tenía una enorme diferencia con las demás: Moqtada al Sadr abogaba por la marcha de todas las potencias extranjeras, de Estados Unidos pero también de Irán.

Y este es, precisamente, el punto que le ha granjeado a su formación más adeptos entre los iraquís de credo chií. A diferencia de sus rivales políticos, Moqtada al Sadr actúa como un independiente, alguien que no sigue las indicaciones de ninguna capital extranjera, y que critica al Gobierno de Bagdad por su corrupción, negligencia y sublimación a las milicias chiís comandadas por Teherán

De hecho, en su discurso de victoria -una victoria electoral que no le garantiza para nada liderar el país en el futuro- en los comicios de este domingo, el clérigo hizo referencia a las milicias rivales. “Las armas solo deben estar controladas por el Estado, y el uso de ellas tiene que ser solo bajo la dirección del Gobierno, aún si se usan en nombre de la resistencia”, ha dicho Al Sadr este lunes por la noche.

“Somos los ganadores de estas elecciones, y hemos ganado con el mayor bloque, que es un bloque iraquí. Ni occidental ni oriental”, continuó Al Sadr, en referencia a EEUU e Irán.