Tormenta tropical

'Ida' toca tierra en Luisiana como “extremadamente peligroso” huracán de categoría 4 y amenaza Nueva Orleans

  • La tormenta, que acecha a todo el sur de Luisiana y otros estados, ha llegado con vientos sostenidos máximos de 240 kilómetros por hora

  • Su llegada pone a prueba en el 16 aniversario de 'Katrina' a Nueva Orleans, su sistema de diques y un sistema hospitalario ya bajo presión por el coronavirus

Nueva Orleans se prepara para el extremadamente peligroso huracán Ida

Justo 16 años después del día en que el huracán ‘Katrina’ asoló Nueva Orleans y dejó en la región del golfo de México más de 1.800 muertos y de 100.000 millones de dólares en daños un nuevo monstruo, ‘Ida’, acechaba este domingo a la histórica ciudad y al sur de Luisiana y de estados vecinos.

Tras haber ganado fuerza con inusitada rapidez por la noche sobre las aguas calientes del Golfo, cuyo aumento de temperaturas los expertos ligan al cambio climático, el ojo del huracán tocaba tierra a las 11.55 horas local (las 18.55 en España) cerca de la localidad de Port Fourchon, un importante punto en la comunidad petrolera, de gas y de refinería en la región, paralizada como prácticamente toda la actividad salvo la de emergencias.

'Ida' llegaba a tierra como un "extremadamente peligroso huracán de categoría 4" según informaba el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. los vientos sostenidos máximos registrados en ese momento eran de 240 kilómetros por hora, una fuerza que se acercaba a los 252 kilómetros que llevan a la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson y que igualaba el huracán con los dos más intensos en la historia de Luisiana desde que existen registros: ‘Laura’, que llegó el año pasado, y el de ‘Last Island’ que golpeó la zona en 1856. El Servicio Meteorológico de Nueva Orleans recomendaba tratar esos vientos extremos “como si se estuviera aproximando un tornado”.

El Centro Nacional de Huracanes predecía daños provocados por el viento “potencialmente catastróficos” así como crecidas de las aguas “extremadamente amenazantes para la vida”, un fenómeno que ponía especialmente en alerta al área y que se avisaba que podría alcanzar los 2,7 metros o más entre Burns Point (Luisiana) y Ocean Springs, en Misisipi, subiendo en otras áreas incluso hasta los 4,8 metros. Se auguraba, además, que los efectos devastadores de los vientos y de lluvias torrenciales que trae ‘Ida’, con potenciales riadas e inundaciones repentinas, se sentirían lejos de las costas, hasta más de 160 kilómetros ya dentro de la tierra continental.

Los cortes de luz y servicios ya habían empezado a producirse el domingo en la zona y más de 100.000 personas se habían quedado sin electricidad a la hora de escribir estas líneas. Decenas de miles de personas habían seguido las órdenes o sugerencias de evacuación en la zona pero muchas más se habían quedado voluntariamente en sus hogares o atrapadas ante el cierre del aeropuerto de Nueva Orleans y la escasez de vehículos de alquiler. Para estos, este domingo solo quedaba una opción por la que imploraban las autoridades: buscar refugio dentro de lo que fuera a ser su refugio, a ser posible armarios o baños sin ventanas y sin muros al exterior.

Nueva Orleans, a prueba

Desde localidades como Grand Isle, en Luisana, o de la costa de Misisipi llegaban las primeras noticias e imágenes de crecidas de las aguas e inundaciones pero los ojos se volvían particularmente hacia Nueva Orleans, que aparecía directamente en la trayectoria proyectada del ojo de ‘Ida’ para el domingo por la tarde. El gobernador de Luisiana, el demócrata John Bel Edwards, avanzaba que el huracán iba a ser “la más dura prueba” del sistema de protección establecido en la ciudad tras la debacle de ‘Katrina’, una infraestructura de 563 kilómetros de diques, muros, bombas y compuertas que se levantaron con una inversión de 14.500 millones de dólares tras el fracaso de las protecciones ante aquel devastador huracán de 2005.

La principal preocupación en Nueva Orleans, no obstante, eran las potenciales lluvias torrenciales. Además, el agua que acompaña a ‘Ida’ amenazaba con superar las infraestructuras locales fuera de ese sistema reforzado y con provocar inundaciones significativas.

El potente huracán llega a la región, además, cuando su sistema hospitalario está ya bajo las presiones creadas por el coronavirus. Luisiana es uno de los estados más golpeados por la variante delta y con solo el 41% de la población completamente vacunada las cifras de hospitalizaciones y uso de unidades de cuidados intensivos equiparan los índices marcados en los peores momentos de la pandemia.