Polvorín en Asia central

Occidente prioriza sus intereses en la desbandada de Afganistán

  • Estados Unidos y sus aliados se centran en la evacuación de los suyos para abandonar cuanto antes el país

  • La OTAN cierra fracturada una guerra que comenzó unida pidiendo a los talibanes que cumplan con sus compromisos

Soldados estadounidenses franquean una de las entradas al sector militar del aeropuerto de Kabul. / Wakil Koshar / AFP

Occidente fue a la guerra de Afganistán como un bloque unido, después de que la OTAN invocara por primera vez en su historia la defensa colectiva -contemplada en el artículo 5- como respuesta a los atentados terroristas de Al Qaeda en Estados Unidos. Pero se va del país como un bloque fracturado, sin un plan aparente a medio plazo y herido de gravedad por los recelos que despertó la decisión unilateral de Washington de dar carpetazo a su intervención en el país sin consensuarlo con sus aliados. Un desplante mayúsculo que se ha visto agravado por el catastrófico desenlace de la contienda: la victoria militar de los talibanes 20 años después de que fueran expulsados del poder por esa misma coalición internacional.