Un divorcio sonado

La piel camaleónica de Bill Gates

  • El divorcio del filántropo y pionero del software saca a relucir detalles comprometedores sobre su vida privada

  • Las últimas revelaciones trastocan su imagen de ímprobo hombre de familia y abnegado benefactor

Bill y Melinda Gates, en una imagen de archivo. / Reuters

Le pasa incluso a la realeza. Uno es intocable hasta que deja de serlo y es entonces cuando empiezan a salir del armario cadáveres de elefantes, jugosas comisiones, cuentas ocultas y amistades peligrosas. Algo parecido le está pasando estos días a Bill Gates, que ha visto cómo en solo unas semanas se agrietaba su reputación de ímprobo filántropo y hombre de familia dedicado a resolver los problemas más intratables del mundo. Desde que anunciara su divorcio de Melinda French tras 27 años de matrimonio, la admiración de un sector de la prensa estadounidense ha dejado paso a las preguntas comprometedoras sobre su relación con el pederasta Jeffrey Epstein, su conducta en el entorno laboral o una relación extramatrimonial que podría haber desencadenado su salida del consejo directivo de Microsoft.

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