Kushal Khadka no tenía alternativa, tenía que volver al campo. Su familia no podía seguir enviándole dinero desde Nepal, su país de origen, y el alquiler de su habitación en Lisboa se había convertido en una carga difícil de soportar tras casi un año sin trabajo. A finales de marzo cogió la mochila y se trasladó a Odemira, en el suroeste del país, y comenzó a trabajar en los invernaderos de frutos rojos, que solo en este municipio suponen cerca del 90% de la producción total del país. Poco después la cifra de contagios por covid-19 comenzó a aumentar en la zona y ahora Odemira registra la mayor incidencia acumulada de Portugal -de 560 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra casi diez veces superior a la media del país- y dos de sus distritos están bajo estrictos cierres perimetrales.
Impacto de la pandemia
El estigma del covid golpea a los temporeros en Portugal
Jóvenes inmigrantes se trasladan al suroeste del país para trabajar en el campo en malas condiciones y sin acceso a una vivienda digna
Un temporero tailandés, en una granja de frutales cerca de Odemira. /
Lo más visto
- La guerra entre supermercados y fabricantes estalla tras dos años de inflación y ante el avance imparable de la ‘marca blanca’
- Hacienda está enviando este SMS a quienes hacen la declaración de la renta: qué significa
- Calendario laboral de Alcorcón del 2024 (con todos los festivos)
- Salvador Alemany: "Habíamos perdido el pulso para afrontar esta crisis"
- Corinna y las flores