En las últimas cuatro semanas, un confinamiento "aligerado", destinado a frenar la tercera ola de covid-19, ha dictado las normas en todo el territorio metropolitano en Francia. A pesar de la fuerte presión hospitalaria, con más de 29.900 pacientes ingresados por coronavirus, más de 5.800 en los servicios de reanimación, Emmanuel Macron no frenará sus planes de desescalada que comenzaron este lunes con la vuelta a clase de los alumnos de preescolar y primaria. En el horizonte, dos fechas: el 19 de mayo está previsto que reabran comercios no esenciales y las terrazas, y el 30 de junio se levantaría el toque de queda.
"La etapa cero fue la reapertura de las escuelas el 26 de abril. Hemos asumido esta prioridad educativa y esta estrategia de convivencia con el virus, incluso ante un nivel de incidencia elevado, superior al de nuestros vecinos. A continuación, abriremos en cuatro etapas", adelanta el presidente francés en un extracto de su entrevista concedida al diario ‘Le Parisien’ que será publicada al completo este viernes.
El "estilo de vida francés"
Según el calendario macronista, que podría ser modificado en función de la tasa de incidencia y la presión hospitalaria de cada territorio, el lunes 3 de mayo se pondrá fin a las restricciones de desplazamiento durante el día y, como estaba previsto, los estudiantes de secundaria y bachillerato volverán a las aulas. En las zonas donde el covid-19 circula con más virulencia su aforo no podrá superar el 50%.
"A partir del 19 de mayo, debemos redescubrir nuestro estilo de vida francés, sin dejar de ser prudentes y responsables: nuestra convivencia, nuestra cultura, nuestros deportes...", explica el jefe de Estado al periódico parisino. Los museos, teatros, cines y estadios deportivos tendrán que esperar hasta dicha fecha para volver a recibir a su público, limitado a 800 espectadores en el exterior y a 1.000 en el interior. La reapertura de los comercios no esenciales y el regreso de las terrazas, con un máximo de seis convidados por mesa, también se llevarán a cabo en esta segunda etapa.
Los franceses podrán volver a disfrutar de las actividades deportivas al aire libre y las reuniones en el exterior pasarán de un máximo de seis personas a diez. El toque de queda, actualmente fijado en las 19 horas, se retrasará a las 21 horas. Tanto en la primera como en la segunda fase de desescalada, el teletrabajo seguirá siendo la norma.
El "pase sanitario", la nueva norma
La tercera etapa llegará el 9 de junio con la reapertura total de cafés y restaurantes bajo un protocolo sanitario específico. Los gimnasios también podrán levantar sus persianas. Los recintos culturales y deportivos, así como las ferias y exposiciones, podrán acoger hasta 5.000 personas, siempre y cuando cuenten con un "pase sanitario" [un certificado digital que incluirá el almacenamiento y la certificación de las pruebas PCR y de antígenos en una aplicación móvil]. Los desaparecidos turistas podrán volver al Hexágono, aunque se les exigirá dotarse del citado pase.
La última etapa comenzará el 30 de junio, cuando el toque de queda será abolido. El certificado sanitario será obligatorio para participar en los eventos de más de 1.000 participantes que podrán celebrarse en el interior y el exterior. Los aforos serán revisados en función de la situación sanitaria en cada departamento. Por el momento, las discotecas permanecerán cerradas.
"Régimen transitorio"
En el marco de este "regreso progresivo a la normalidad", el primer ministro francés, Jean Castex, presentó este miércoles un proyecto de ley destinado a decretar un "régimen transitorio", que entraría en vigor el 2 de junio, fecha de caducidad del estado de emergencia sanitaria, y se extendería hasta el 31 de octubre. Esta herramienta legal permitiría al Gobierno acompañar el proceso de reapertura del país dotándole de la posibilidad de imponer por decreto ciertas restricciones ante un eventual repunte de la epidemia a nivel nacional o territorial. El proyecto legislativo será sometido al voto del Parlamento en los próximos días.