ADIÓS A FELIPE DE EDIMBURGO

El fin de una era obliga a la monarquía británica a confrontar su pasado y a mirar al futuro

  • La reina no tiene intención de abdicar, pero el funeral de su esposo es el preámbulo a la llegada inminente de una etapar más incierta

  • Las nuevas generaciones multirraciales ven en la institución monárquica a un perpetuador del orgullo del Imperio y el "doloroso" pasado colonial

Controles de policía hoy sábado, en el castillo de Windsor, donde se celebrará el funeral de Felipe de Edimburgo. / MOLLY DARLINGTON

El adiós a Felipe de Edimburgo ha abierto el último capítulo del reinado más largo en la historia de Gran Bretaña. Isabel II, ahora viuda, cumplirá el próximo jueves 95 años. El entierro en Windsor, de quien fue su esposo durante siete décadas, tiene algo de ensayo general. Era inevitable verlo como el preámbulo hacia una nueva era en la monarquía británica que no tardará en llegar. Un tránsito en tiempos convulsos, cuando la crisis de la pandemia aún no está resuelta, con el país diezmado económicamente, aislado de Europa y con los Windsor enzarzados en nuevas guerras y escándalos familiares. De cómo responda la institución a esos desafíos dependerá su futuro.  

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